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SOCIO CON HISTORIA
Sin que sea una calificación por or-
den de importancia, Enrique Noguei-
ra nos deja claro en la charla por
donde pasan sus prioridades, con
un hablar pausado y tranquilo que
no se ve alterado por su actividad de
llevar adelante dos comercios y la
crianza de siete hijos.
El responsable de los Super Vero nos cuen-
ta que no viene de familia de empresarios,
es oriundo de Minas, Lavalleja, su padre era
técnico de UTE y que se fue a los Estados
Unidos a hacer una base de ahorro para po-
der emprender en Uruguay.
“Estuve viviendo en los Estados Unidos por
3 años, en la ciudad de Nueva York, traba-
jando en el taxi. Soy una persona muy cre-
yente, lo que hacía, además de trabajar era
ir a la iglesia. Le pedí a Dios que me ayuda-
ra con mi idea, que era estar un periodo de
tiempo y poder juntar el dinero que me había
propuesto ahorrar”, nos relata.
Recuerda que le iba enviando el dinero que
ahorraba a su madre, para depositar en una
cuenta en el Banco República. “Cuando ha-
bían pasado algo así como dos años y medio
mi madre me indica el dinero que había en la
cuenta, y era el que me había propuesto aho-
rrar. A pesar de que fue en el momento que
mejor me estaba yendo, decidí vender los tres
taxis que había comprado, y me vine”.
Ya de regreso y con el respaldo de los aho-
rros que había juntado, empezó a analizar en
que negocio invertir. “Estuve viendo distintos
negocios, pizzerías, restaurantes, aquí en
Montevideo como en Florida y Lavalleja, y fi-
nalmente me quedé con la estación de servi-
cio, que era un negocio rentable en la época”.
La estación en cuestión era la Texaco de José
L. Terra y Av. Garibaldi, una pequeña estación
rodeada de grandes sellos como Esso y Shell.
“En ese tiempo las estaciones se movían bá-
sicamente el rubro servicios relacionados con
los automóviles, venta de algunos repuestos
y no mucho más. En la estación los mucha-
chos limpiaban los vidrios con balde, agua y
trapo, y yo les decía que teníamos que usar
lampazos para limpiar los parabrisas. En ese
tiempo nadie los usaba y no se acostumbra-
ban, empecé a usarlo yo y con el tiempo se
dieron cuenta que era mucho mejor para ellos
y para los clientes. No invente nada, simple-
mente copie lo que había visto”.
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