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EDITORIAL

a miles de empleados y a cientos de distri-
buidores que los abastecen. Distribuidores
que junto a su personal permiten trabajar a
numerosos industriales e importadores
que muchas veces no ingresan a las
grandes superficies.
Así como valoramos y agrade-
cemos públicamente la gran
mano que dio el gobierno en la
pandemia y luego de ella, hoy
estamos con una sensación
amarga.
Para nada olvidamos la im-
portancia vital del seguro
de desempleo extendido
para los comercios gas-
tronómicos, ni olvidamos
el manejo de deudas de
BPS y DGI que también
fue clave. Pero el de-
ber de Cambadu es no
eludir ningún tema, y el ar-
tículo 162 de la rendición de
cuentas es perjudicial para
el interés de miles de traba-
jadores y familias de nuestro
país.

2. En cualquiera de los tres últimos ejerci-
cios contables, la facturación anual libre de
impuestos en el territorio nacional, de dos o
más participantes de la operación conside-
rados individualmente, sea igual o superior a
30.000.000. de unidades indexadas.
El punto uno presenta una flexibilidad res-
pecto de la ley vigente, porque ahora se
habla de “la facturación libre de impuestos”.
Claramente es una reducción de requisitos.
Y el punto dos también es una flexibilización
clara y directa, ya que nuevamente aclara
que la facturación debe ser “libre de impues-
tos”.
Es así que al momento del cierre de la pre-
sente edición (a pocos días de finalizar julio)
esperamos que finalmente prime el sentido
común. Y basamos nuestra esperanza en Daniel Fernández
que se logrará entender la importancia de un Presidente de Cambadu
sistema de abastecimiento sano.
Y me refiero a un sistema sano cuando éste
brinda poder a los consumidores de nuestro
país, gracias al servicio de miles de minoris-
tas independientes que a su vez dan trabajo

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